Cuando, al acabar el día, llego a mi casa, lo primero que suelo hacer es prepararme una copita de vino y sentarme tranquila a revisar mi correo electrónico. Correos basura a parte (¡Dios mío, cuánta gente sin nada que hacer hay por esto del internet!), siempre hay noticias de algún amigo o de mi familia.
Hoy tenía dos correos del Sr. Presidente de esta su casa y, con permiso, un poquito la mía también. ¡Qué bien!, he pensado, seguro me envía material para empezar a poner en el blog.
Abro el primer correo. Son logos de la casa, escudos tanto de Corrientes como de Mallorca, mapas.
Abro el segundo correo y ¡Zas! ¿Qué creen que me envía el señor José? Pues esta foto:
Sr. Presidente, ¿sabe usted lo que es tener hambre de superviviente? Pues eso es lo que tengo yo a las ocho de la tarde cuando llego de trabajar. Así que podrá comprender que se me hayan saltado las lágrimas al ver esos costillares listos para que les hinquen el diente.
Le advierto que si quiere usted que nos llevemos bien habrá de respetar unas normas mínimas de convivencia. La primera: con la comida y la bebida pocas bromas que servidora es del norte y allí esas cosas son sagradas. Así que, la próxima vez, déjese de fotos y la vaca… en vivo y en directo. Porque esto ha sido una crueldad.
He dicho.